Italia: Llamada a lxs anarquistas, a lxs libertarixs, a lxs antimilitaristas
La industria italiana de guerra proporciona sus propias armas mortíferas para los ejércitos y las policías de medio mundo, y nos acostumbra a una mayor presencia de soldados en las ciudades.
Anarquistas de Italia | A las Barricadas | 13-6-2009 | 154 lecturas
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Sobre la importancia y la necesidad de volver a relanzar la lucha antimilitarista en Italia, creemos que no existen dudas.
El ejército italiano tiene sus propias tropas en veinte países de todo el mundo. El territorio en el cual estamos viviendo es, literalmente, asediado de servidumbre militar (bases de la OTAN, de USA, de Europa, de Italia, posiciones para los radares, los submarinos nucleares, centros de investigación, fábricas de armas, etc.).
A la guerra externa, corresponde (económicamente y socialmente), la guerra interna: condiciones de vida y de trabajo más y más impuestas por el terror, la militarización preventiva de los territorios, represión de la disidencia, etc. Los mismos dispositivos racistas (deportación de lxs inmigrantes, centros de exterminio: C.I.E.(ex C.P.T)...,aumentos de las penas para lxs clandestinxs, legalización de las rondas*etc,) no son separables del hecho que estamos en guerra.
Operaciones neocolonialistas, propaganda nacionalista, agresiones fascistas, racismo democrático, ejercito en las calles y relanzamiento del programa nuclear son las maravillas producidas por un mundo que nos quiere llevar - en líneas bien alineadas- hacia el abismo.
Todo el mundo sabe cuáles han sido los límites de las movilizaciones en contra de las muchas guerras (sólo hace falta pensar en las recientes movilizaciones en contra de la masacre en Gaza): la maquinaria bélica no ha sido bloqueada. Acercar geográficamente y socialmente el problema de la guerra, poniendo al militarismo nombre, apellido y dirección (y actuando en consecuencia), es la única manera para romper la complicidad con lxs señorxs de la explotación y de la muerte.
El proyecto de construir una base militar al sur de Trento es, de este punto de vista, una desgracia pero también una ocasión: la de una lucha sin compromisos en contra de los engranajes de la guerra. Lograr impedir la construcción de una base de muerte (o, más modestamente, intentarlo con todas nuestras posibilidades) sería algo bueno para todos lxs compañerxs, no sólo para nosotrxs.
La inclinación institucional que el movimiento de Vicenza* tomó, viene a demostrar al menos dos cosas. Primero que, colaborando con las instituciones no se para ninguna base. Segundo, que una crítica práctica a los métodos institucionales (entendiendo por crítica práctica la voluntad obstinada de probar de paralizar concretamente el militarismo, con otras perspectivas y otros medios) tendría que ser un deseo y un empeño para cualquiera que luche contra el Estado y el Capital.
Estamxs convencidxs que el movimiento anarquista, libertario y antimilitarista real tiene una potencialidad inexpresada. Que no estamos haciendo, por decirlo más simple, todo aquello que podríamos.
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