Como ya explicamos en el número anterior, el 19 de septiembre se produjo el desalojo del emblemático Centro Social Okupado Autogestionado (CSOA) Casablanca, situado en el barrio de Lavapiés, en el corazón Madrid.
Dicho desalojo supuso un duro revés para todos/as aquellos/as que defienden la okupación como una práctica legítima con la que expropiar al sistema capitalista tanto material como ideológicamente. Una práctica, por cierto, que se encuentra en auge tanto en Madrid como en otras ciudades de la geografía peninsular. No en vano, tenemos constancia de que sólo durante el año 2011 se okuparon en nuestra ciudad los centros sociales La Salamanquesa (Barrio Salamanca), L.A. Hormigonera (Paseo de Extremadura), el Centro Social Liberado (en el pueblo de Galapagar), el Centro Social 16.0 (Malasaña), el Espacio Vecinal Montamarta (San Blas), el Hotel Madrid (Sol), el Komplejo Okupado Autogestionado Laberíntico Anarquista o KOALA (Pacífico), el Centro Social Huertas 16 (en el Barrio de las Letras), el EKO (Carabanchel) y el Centro Social La Osera (Usera).
Como decíamos, la apertura de un edificio okupado supone una protesta contra los espacios en desuso, una acción directa contra la especulación inmobiliaria y una crítica al razonamiento por el cual priman los intereses de unos/as pocos/as frente a los de la mayoría. Por este motivo, un edificio okupado no debería ser considerado únicamente como un fin, sino ser visto como un lugar de ruptura, de creación y reivindicación contra las paradojas y formas de actuar del sistema capitalista.
En los tiempos en los que vivimos en los que las casas pertenecen a los bancos y cuando tener una vivienda parece un privilegio para quienes no tenemos más fortuna que nuestra fuerza de trabajo, okupar supone una acción legítima y una demostración del poder autoorganizativo de las personas basado en la responsabilidad personal y la corresponsabilidad colectiva.
Y precisamente por estas razones, a finales del mes de septiembre un grupo de personas decidió okupar un edificio en el número 5 de la Calle Casarrubuelos, en el barrio de Chamberí, y otro grupo de gente decidió hacer lo propio en la Calle Santa Isabel, en Lavapiés, a principios de octubre. El primer colectivo logró fundar y abrir con éxito el CSOA La Morada, el segundo grupo el CSOA Magerit.
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