38 aniversario de los últimos fusilados por el régimen franquista: “Sois viento de libertad” | AraInfo | Achencia de Noticias d'Aragón
Ya hace 38 años que el régimen franquista español se despidió de la misma manera con que se presentó. Asesinando a los militantes del FRAP José Humberto Baena, José Luis Sánchez Bravo y Ramón García Sanz y los militantes de ETA Juan Paredes Manot (Txiki) y Ángel Otaegi. Los fusilamientos del régimen asesino de Franco no trasmitian sino la impotencia del estado por acabar con la resistencia de los pueblos y su lucha por vivir y poder crear un futuro digno y libre.
Hoy se conmemora el 38 aniversario de aquellas ejecuciones que marcaron inevitablemente la lucha por la liberación y reduplicaron compromisos. Aquella fecha ha pasado a engrosar un lugar destacado en las páginas de la historia. No fueron las únicas penas capitales impuestas, pero sí las últimas ejecutadas hasta hoy desde el alzamiento fascista de 1936 y que señalarían el camino “atado y bien atado” de la llamada “transición”.
A día de hoy, las noticias de la orden de detención contra cuatro torturadores franquistas dictada por la jueza argentina Servini, han llenado de relativa esperanza a muchas de las víctimas silenciadas de la dictadura. En concreto, la magistrada ha ordenado detener al ex guardia civil Jesús Muñecas Aguilar, el exescolta de Francisco Franco y de la Casa Real española Celso Galván Abascal, el excomisario José Ignacio Giralte González y el exinspector Juan Antonio González Pacheco, conocido como ‘Billy El Niño’.
En los últimos días se confirmó la noticia de que el juez de la Audiencia Nacional Pablo Ruz citará a declarar al exguardia civil Jesús Muñecas y a ‘Billy El Niño‘, tras confirmar que los otros dos reclamados por Servini por la comisión de delitos de torturas durante el régimen franquista han muerto.
Después de tanto dolor, quizás algún día llegue algo de “justicia” a las familias represaliadas y silenciadas durante tantos años… quizás.
Silvia Carretero, torturada y viuda de un fusilado del FRAP
Silvia Carretero, exmilitante del FRAP y esposa de José Luis Sánchez Bravo, tenía 21 años y estaba embarazada de dos meses cuando la Guardia Civil la detuvo en un camino de Extremadura. “Me limité a decirles que iba a Portugal. Pasé toda la noche encerrada en una celda del cuartelillo. A la mañana siguiente fui trasladada a la Comandancia Central de la Guardia Civil de Badajoz”. De allí logró escaparse y subirse a un taxi; pidió que la llevase a Madrid. “Pero, a unos 50 kilómetros de Mérida, fui interceptada y me volvieron a llevar a la Comandancia, donde empezaron las torturas. Me amenazaron con una tijeras enormes, me cortaron mechones de pelo, me pusieron unos palillos en las dos manos cuyo fin es romperte los huesos de los dedos, me colocaron también las manos esposadas encima de una mesa y empezaron a golpearlas, y me pusieron una soga al cuello. Uno de los guardias civiles me dijo que sabía que estaba embarazada porque tenía `las tetas muy gordas’. En un momento, rompí a llorar y les dije mi nombre y que mi esposo había sido detenido”, recuerda Carretero.
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